[vc_row][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”9419″ img_size=”350xauto”][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”9412″ img_size=”350xauto”][/vc_column][vc_column width=”1/3″][vc_single_image image=”9402″ img_size=”350xauto”][/vc_column][/vc_row][vc_row][vc_column][mk_dropcaps style=”fancy-style” size=”28″ background_color=”#1e294e” text_color=”#ffffff”]Y[/mk_dropcaps][vc_column_text p_margin_bottom=”20″ width=”1/1″ el_position=”first last” css=”.vc_custom_1597998788599{margin-bottom: 0px !important;}”]a lo dijo Noam Chomsky :
“Para recuperarnos del virus tenemos que imaginar un mundo diferente”
Estamos viviendo tiempos maravillosos. Tiempos de cambio, de transición, de evolución.
La evolución del homo economicus hacia el homo solidaricus. [/vc_column_text][vc_row_inner][vc_column_inner][mk_fancy_title tag_name=”h3″ font_family=”none”]
¿Quién es John Galt?
[/mk_fancy_title][/vc_column_inner][/vc_row_inner][vc_column_text p_margin_bottom=”20″ width=”1/1″ el_position=”first last” css=”.vc_custom_1597941301725{margin-bottom: 0px !important;}”]El homo economicus es un individuo interesado en sí mismo que busca resultados óptimos, lo que para él se traduce en acciones que maximicen la utilidad sin importar los costos humanos, sociales o ambientales que esto implique, el perfecto ejemplo del neoliberalismo económico del Laissez-Faire.
En su novela “La rebelión de Atlas” Ayn Rand nos pone frente al imperativo moral de este ser y nos lleva de la mano a ver el mundo a través de sus ojos, un mundo racional, calculador, cuyo único interés es la auto-realización y un individualismo que raya en un egoísmo desmesurado.
Pero Rand también siembra la idea del beneficio mutuo poniendo en evidencia las falencias de la que ella denomina las alternativas falsas de sacrificar a los demás en pro de uno mismo, o sacrificarse uno en pro de los demás, abogando más bien por un tipo de transacción que resulte beneficiosa para ambas partes y que permita vivir no como un parásito del sacrificio ajeno ni como una víctima, sino como un “negociante” voluntario de valores para beneficio mutuo. [/vc_column_text][vc_row_inner][vc_column_inner width=”1/2″][vc_single_image image=”9400″ img_size=”400xauto” alignment=”center”][/vc_column_inner][vc_column_inner width=”1/2″][vc_single_image image=”9401″ img_size=”400xauto” alignment=”center”][/vc_column_inner][/vc_row_inner][mk_fancy_title font_family=”none”]
Orígenes
[/mk_fancy_title][vc_column_text p_margin_bottom=”20″ width=”1/1″ el_position=”first last” css=”.vc_custom_1597998703598{margin-bottom: 0px !important;}”]La crisis que hemos vivido en estos últimos tiempos nos ha llevado a entender la urgencia de un cambio de paradigma que le de prioridad a la armonía entre las personas y el equilibrio con la naturaleza.
Hay que recordar que la economía es un constructo social, no un fenómeno natural, (y como tal está permeada por las dinámicas de la tecnología, la historia, la cultura, el ecosistema y la política.
El constructo que surge como alternativa al homo economicus es el del homo solidaricus, y con él aparece el concepto de una economía solidaria que ofrece soluciones miradas hacia una transformación de nuestra economía actual en una que sirva al planeta y los demás, cambiando el capitalismo furioso por alternativas más humanas y sostenibles.
La economía solidaria no es algo nuevo. Ya a finales de los años 80 Luis Razeto en Chile y más tarde Jean Louis Laville en 2007 en Francia estaban usando este término para madurar caminos y modos diferentes de pensar la economía en términos que sirvan a las personas y al planeta y no al ciego afán de enriquecerse a costa de todos y de todo.[/vc_column_text][mk_fancy_title font_family=”none”]
Principios
[/mk_fancy_title][vc_column_text p_margin_bottom=”20″ width=”1/1″ el_position=”first last” css=”.vc_custom_1597998956132{margin-bottom: 0px !important;}”]La economía solidaria se basa en darle prioridad al bienestar de la persona y el planeta por encima de la ganancia desmesurada y un crecimiento ciego. Se basa en principios de cooperación, reciprocidad, democracia, sustentabilidad ambiental y justicia social. A estos principios se suma el del buen vivir que parte la visión de las culturas indígenas de los Andes de vivir en armonía con la naturaleza y entre sí. Y su fin último es desarrollar una economía a escala más humana y más favorable para el planeta.
¿Te apuntas?[/vc_column_text][vc_row_inner][vc_column_inner width=”1/2″][vc_single_image image=”9405″ img_size=”400xauto” alignment=”center”][/vc_column_inner][vc_column_inner width=”1/2″][vc_single_image image=”9421″ img_size=”400xauto” alignment=”center”][/vc_column_inner][/vc_row_inner][/vc_column][/vc_row]